En el marco del FILBA se realizaron decenas de mesas y encuentros con escritores. Patricia Kolesnikov dialogó en una de elllas con Elvira Lindo. Susana Reynoso nos relata el encuentro en revista Ñ. Elvira Lindo: “La nostalgia embellece lo vivido y crea símbolos donde no los hay”.
«“Yo pretendía de verdad hablar sobre el recuerdo, la forma caprichosa en la que aparece y la sensación de no haber concluido historias de nuestro pasado. Esta es una mujer de 40 y pocos años que recuerda en forma confusa un pasado que ella cree cerrado, pero que se le presenta 15 años después. Esos recuerdos le confieren una perspectiva sobre su segunda vida”, dice Elvira Lindo tras aclarar que le resulta difícil definir la materia de su libro.
A la protagonista, dice la autora, le pasa lo que a casi todos: “Me ocurre también… es una necesidad de protegernos de lo que nos pasó. Esta es una novela sobre la intimidad, la de revelar lo que ha estado en el pensamiento y en el corazón. Hay mucha materia prima de mi vida y de la vida de otros en este libro”. Venció su miedo a escribir Lo que me queda por vivir consultando con su marido, el célebre Antonio Muñoz Molina.»