Clemente Álvarez nos arroja un poco más de luz sobre el camino que siguen los desperdicios cuando los reciclamos, sobre todo los más pequeños. El reciclaje de las pequeñas cosas.
«No existe un límite de tamaño estandarizado que determine si un residuo puede ser reciclado. Depende de cada material y de cada planta de tratamiento. Fundamentalmente, depende de las características del trómel, la máquina que criba los residuos al comienzo de su viaje por estas instalaciones. En función de los “agujeros” del cribado, habrá muchos restos chicos que caerán y no continuarán su camino hacia una nueva vida. “Es imposible reciclar el 100%, el coste económico y ambiental de recuperar todo lo pequeño sería impensable”, asegura Antonio Barón, director de Comunicación de Ecoembes, que pone el ejemplo de los envoltorios de los conocidos caramelos.»