Hoy es tan buen día como cualquier otro para recordar un gran debate bloguero sobre la sutileza cinematográfica que tuvo lugar hace algún tiempo entre el Dr. Zito y John Tones, ambos hoy colaboradores de LdN. Elogio de la sutileza y Elogio de la explicitud.
«Vengo acumulando pensamientos propios y disfrutando de textos ajenos al respecto y ha llegado el momento de estructurarlos de alguna forma, el momento de dar un paso al frente para argumentar que no tiene más razón quien más alto habla, que el volumen de las palabras suele ser inversamente proporcional a su poder. Ante la acumulación de convencionalismos y miradas desviadas, es preciso defender lo sutil sobre lo evidente, lo susurrado sobre lo altisonante. En una futura entrega me gustaría teorizar sobre ello con más calma, a la manera intelectualoide marca de esta casa.»
«Mi elogio de la explicitud pasa, obviamente, por una defensa del gore, que supongo que a estas alturas todos tenemos claro que es algo más que una sucesión de excesos visuales o una simple renuncia a los modos clásicos de dotar de inquietud a una narración. El buen cine ultraviolento renuncia a supuestas bondades del cine convencional (argumento explicativo, interpretaciones creíbles, lo sutil por encima de lo explícito) para elaborar una gramática de lo obvio que pone patas abajo lo que se supone que importa y lo que se supone que no. En este caso, el medio es más mensaje que nunca, porque el mensaje es la desestructuración del cuerpo, los motivos de la violencia, la reacción ante lo repulsivo y, cómo no, el radio de acción de los efectos de la muerte (o de su ausencia).»