Noel Ceballos recupera a cinco de los menos conocidos entre los malvados doctores enloquecidos que pretenden dominar el mundo. Cinco mad doctors inusuales.
2. Linceo Antimater. ¿Existían científicos locos antes de que existiese la noción moderna de ciencia? En su novela La perra de Alejandría, Pilar Pedraza nos presenta a uno en pleno siglo V. Con sus ojos fuera de las órbitas, su pelo revuelto y su afición por estudiar las entrañas de los cadáveres (para escribir después opúsculos sobre ello), Antimater responde perfectamente al arquetipo. Si atendemos a la cronología, hubo algunos proto-mad doctors precedentes: Dédalo, por ejemplo, constructor de laberintos e ingenios voladores que, por conceder a los hombres cualidades que sólo están disponibles a los dioses, acaban costando un precio muy elevado. O el Sócrates de Las nubes, comedia con la que Aristófanes se lanzó en modo berserker contra todo lo que oliera a sofista. Pedraza tiene el acierto de colocar al suyo en los tiempos de Hipatia, así como el de hacerle jugar un papel importante cuando su novela da un giro genérico y se adentra en el género zombi. ¡Chúpate esa, Amenábar!