Elvira Landín Aguirre hace una semblanza de Concepción Arenal, una de las pioneras de los derechos femeninos en España. Concepción Arenal Ponte.
«Criticó la situación discriminada de las mujeres que tanto padeció y, pese a ser muy cristiana, fue perseguida por la autoridad eclesiástica. Decía que “la educación que se les da en España a las niñas es el arte de perder el tiempo. Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independiente de su estado, y persuadirse de que soltera, casada, o viuda tiene deberes que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie, un trabajo que realizar, y la idea de que la vida es una cosa seria y grave, y si se la toma como un juego, ella será indefectiblemente un juguete. La sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano”.
Fue una propulsora del Derecho Penitenciario, entendiendo que el delincuente merece dignidad, y asimismo, que había una responsabilidad social en las circunstancias que favorecían la delincuencia. Promovió un trato reeducador del preso para su reinserción posterior. “Odia el delito y compadece al delincuente”. Fue visitadora de cárceles de mujeres.»