Pedro Jorge Romero dice lo que piensan muchos: que el transbordador espacial que ahora acaba su vida útil fue un fracaso desde su concepción, y sólo supuso un freno a otras exploraciones espaciales que podrían haber sido mucho más provechosas: El fracaso del transbordador.
«Mandar al espacio a gente, simplemente porque crees que el viaje espacial tiene que ser tripulado, para hacer algo que sería más baratas y seguro usando un sistema automático es un gran fallo de tu planteamiento. Cuando las necesidades mediáticas limitan lo racional, eso es un fracaso. Cuando la necesidad de salir por la tele te hacen no considerar las advertencias de que algo puede fallar, eso es un fracaso. No es lo mismo morir porque explorar es arriesgado que morir por cuestiones burocráticas. No era arriesgar vidas por explorar, era arriesgar vidas por publicidad.»