Ralf Dahrendorf pide que la financiación de las universidades tome un rumbo nuevo: el estado no puede cargar con todos los gastos y a la vez hay que encontrar la manera de que personas sin recursos económicos tengan acceso a la educación superior. Yo añadiría otra característica (y faltan más) a esa universidad que viene: la movilidad del profesorado. Que alguien que haya hecho el doctorado en un sitio no se pueda quedar ahí, sino que tenga que buscar trabajo en otra universidad. Así, cada departamento competiría por ser el mejor. Y la universidad podría dedicar los mayores recursos a sus mejores departamentos. Los recursos se distribuirían mejor: se estudiaría medicina en la U de X, fliosofía en la de Y e ingeniería en la de Z.
Libertad para las universidades. De todas maneras, sobre esto, hay mucho de que hablar.