Algunos ejemplos aporta Natalio Cosoy de Cómo la tecnología ha cambiado el español, y de las dificultades que plantean las nuevas tecnologías a la hora de nombrarlas. [Ref.. fzayas]
«Tomemos el caso, por ejemplo, de las tablets, esos dispositivos móviles que se han popularizado recientemente con la llegada del iPad de Apple y sus competidores.
En una primera instancia se adopta el término en inglés, algo que la Real Academia admite y llama “anglicismos crudos” (se escriben con cursiva: tablet, wi-fi, hacker).
“Luego, cuando estos anglicismos crudos se adaptan a la fonética y la prosodia de la lengua española se incorporan al acervo del español y se vuelven anglicismos (a secas)”, explica Villanueva.
Es lo que sucedió con tren, fútbol y vagón, y lo que en forma inminente sucederá con tablet.
Es que en sesión de pleno del 30 de junio, la Real Academia acordó que el término en español será “tableta”, opción que superó a “tablilla”, la otra gran candidata, tras varias sesiones de discusión.»