Una de mis vidas soñadas es la de lector de diccionarios: una habitación, todos los diccionarios del mundo y toda la vida por delante. Como los sueños sueños son, uno tiene que conformarse con leer artículos tan hermosos con éste que
Tomás Eloy Martínez le dedica a las palabras y a su poca inocencia y a cómo dominan y se imponen a los hacedores de diccionarios, esos dioses griegos con defectos, pero inmortales.
Cuidado con los diccionarios. Por favor, entren nomás para leer siquiera la última frase.