Antonio Rivero Taravillo deja algunas notas sobre la extraña personalidad de Emily Dickinson a partir de un daguerrotipo con su imagen. El misterio de Emily Dickinson.
«Huidiza, escondida, oculta, maestra en el “arte de la fuga”, Emily Dickinson aún nos sigue cautivando con su misterio. Al término de su recoleta vida dejó muchos centenares de poemas inéditos que la sitúan, ahora que la gloria sólo alcanza a su espíritu, entre los más altos poetas de Norteamérica.
Prefería la relación epistolar al contacto humano, que rehuía, y desde que tuvo veintitantos años buscó el apartamiento y apenas salió de la casa familiar, en Amherst (Massachusetts). Una vez dejó de hacer una visita prometida a sus primas porque le daba miedo la oscuridad, como confesó en la nota autoexculpatoria que les envió después.»