Esta entrevista es mala, pero tiene la virtud de que enseña muchas cosas: cómo no llevar una entrevista, cómo puede ser impenetrable un escritor, cómo el tópico debe ser esquivado a toda costa y cómo, en fin,
Vila-Matas estaba cansado y harto de responder a las mismas preguntas a la hora de la entrevista: promocionar un premio debe de ser una agonía cercana a la de Sísifo:
Pregunta.- ¿Que está preparando Vila-Matas en estos momentos?.
Enrique Vila-Matas.- La respuesta a su pregunta. Cuando haya terminado esta entrevista voy a regresar a la novela en la que trabajo desde hace medio año y de la que sólo estoy seguro de una cosa: Que no volveré a tener el Rómulo ni a tener que dar más explicaciones de por qué en Latinoamérica se valoró antes mi obra que en mi país. Ciao, lea a Stella y vuelvase italiano y excétrico como Gogol cuando estaba en Roma. O si lo prefiere vuélvase argentino como cuando Gombrowicz estaba en la Buenos Aires de Stella