Rosa Castro relata el empeño y el proceso que siguió la química Pilar Mateo para crear una pintura que, aplicada a las casas, espanta a los insectos que transmiten el Mal de Chagas: Una pintura que elimina a brochazos el Mal de Chagas.
«En los últimos años, Pilar Mateo y su equipo han pintado, con brocha en mano, un total de 12.000 casas en el territorio guaraní del llamado Chaco boliviano. “Hemos constatado que en las casas que se han pintado han desaparecido tanto las vinchucas adultas como los huevos y larvas que se esconden en el adobe de las paredes y el techo. Además, el tratamiento de las zonas externas de las casas ha permitido erradicar la presencia de estos chinches de las casas”. Esta convivencia con los indígenas le ha valido que se la conozca como “la científica que se volvió indígena” y ser nombrada Embajadora honorífica del Pueblo Guaraní para la Unión Europea.»