Debe tener razón Adriana Sánchez Lovell en que hay que defender las ciencias sociales cuando el primer comentario que le dejan en su texto la acusa de un romanticismo sospechoso. De las ciencias sociales y la elección de carrera.

«Mas hacer ciencias sociales, hoy en día, tiene toda una serie de significaciones e implicaciones importantes. Si estudiamos ciencias sociales es porque, en muchos casos, no estamos dispuestos ni dispuestas a permitir el dominio del capital sobre el curso de nuestras vidas. Tal vez no nos interesa el escenario que las grandes empresas multinacionales, sus instituciones y países potencias pretendan marcar, ni nos dejaremos determinar por el discurso dominante y las prácticas hegemónicas. A través de mayores o menores niveles de conciencia respecto a ello, estamos en disposición de luchar contra los valores impuestos, a criticar la inclinación hacia prefabricar vidas, requerida por el sistema capitalista; soñamos con que otro mundo es posible, y más aun, lo sabemos, precisamente porque lo hemos interiorizado.»