Agustín García Calvo establece un paralelismo entre el orden que se quiere establecer desde arriba con la cultura elitista y su lenguaje: Orden.
«Pues bien: los que creen en la ordenación desde lo alto y se desgarran las vestiduras cuando su orden amenaza con derrumbarse están obligados a declarar que lo que importa, lo que de verdad vale, es la escritura, con toda su cultura encima, yque eso de la lengua corriente y común son fantasías o residuos negligibles.
Están obligados. Háganlo ya, señores. Porque, si no, ¿cómo van luego a sostener una fe en el orden social, el jurídico, el económico, y, en el último progreso a que han llegado con el régimen del bienestar? Negras se las van a ver para creer en eso si se dejan sentir que por debajo había, y hay, otro orden, quizá más sabio, quizá más rico, y si no eliminan del todo la lengua común, lo que queda de pueblo entre la gente.»