Bueno, pues ahora Jaime Rubio se nos pone moralista, y hasta parabólico (de parábola, no de antena) y… pero lean, lean, parecer parece que habla de cine: La violencia en el cine.
«Y aquí comenzó lo malo. Yo comprendo lo de sentirse identificado con el estudio de las relaciones y de las inseguridades que hace Woody Allen, pero me parece excesivo salir gritando como locos, coreando “Allen, Allen, Allen es cojonudo, como Allen no hay ninguno” y “vamos a ganar el Oscar”, como si ellos fueran coproductores o algo parecido. Sobre todo porque me arrastraron en sus celebraciones, sin dejar que me escabullera, dando saltos, soplando cornetas, salpicándome cerveza que no sé de dónde habría salido y además, ¿qué hace una señora de sesenta años bebiendo cerveza a morro de una botella de litro?
Eso está feo.»