Me ha hecho gracia este texto de Sempiterna en el que explica su desconcierto por cómo se comportan esas asistentes virtuales que aparecen a veces en sitios como la web de Ikea o la de Renfe. Las señoritas de Internet: Anna, Irene y la sin nombre.
«Pues bien, la sin nombre está ahí mirándote de reojo. Sí, si te fijas, ves cómo te mira estando de perfil, con su peinado moderno y su camisa siempre verde corporativo. Tiene un botón grande de play, en el cual pulsas y empieza a decirte que realmente, tienes que estar registrado en la web del SAE y buscar ofertas, y que es fácil, pero si no le das: te mira de reojo. Se desespera y te mira de frente, se apoya con los codos. Se vuelve a poner de perfil y te mira otra vez de ladillo. Y puedes verlo en bucle durante horas. La diferencia con la anterior, es que esta señorita no te ayuda especialmente. Te dice por qué “Hay que estar aquí” (título de la página de búsqueda de empleo) y mira las opciones que puedes elegir a la derecha. Aunque realmente te está mirando de reojo por si le das o no a alguna»