Fernando Ariel García hace de la reseña del cómic Un fascio di bombe todo un análisis del berlusconismo y de la clase política italiana en el poder. Estrategia de la tensión.
«“Puntualmente, cada que vez que la Izquierda se acerca al Gobierno italiano, aparecen las Brigadas Rojas”. Me lo dijo Milo Manara, cuando tuve la oportunidad de entrevistarlo durante su visita a la Argentina en 2007, haciéndome ver que, detrás de esos actos de violencia está, siempre, la sombra de los servicios secretos del Estado. Me lo volvieron a decir, en distintos momentos de la gira de presentación de Memorie dell’Eternauta por Italia, distintas personas, de diferentes estratos y profesiones, pero con un origen común: La lucha contra el fascismo y todo otro tipo de intolerancia y ejercicio violento del poder que, hoy, puede resumirse en la figura del Cavaliere Silvio Berlusconi. Y, por si me quedaba alguna duda, pude verlo en vivo y en directo, durante la maratónica cabalgata televisiva del Primer Ministro de Italia, un día después de haber perdido la primera vuelta de las elecciones municipales en los bastiones de Nápoles y Milán, ante el fuerte avance de los candidatos de la centroizquierda. No fueron estas las palabras exactas repetidas como una noria por Berlusconi, pero sí el espíritu ideológico que las sustentaba: La Izquierda es la Izquierda de siempre, la de las Brigadas Rojas, la del terrorismo, la que pretende entregarle el trabajo, las casas y la salud que le corresponde al pueblo italiano, a los inmigrantes paquistaníes y africanos, todos ellos terroristas por su simple condición de inmigrante.»