Manuel Lucena Giraldo escribe sobre la Expedición Malaspina, un proyecto científico del CSIC, y de paso recuerda al navegante español: Malaspina y sarmiento de Gamboa en los mares del sur.
«La existencia de una empresa científica dirigida «a generar un inventario coherente y de alta resolución del impacto del cambio global en el ecosistema del océano y a explorar su biodiversidad, particularmente en el océano profundo», constituye una magnífica noticia. Que además exista un acento cooperativo, pues junto a 17 instituciones españolas participantes hay 19 asociadas (incluidas seis de Estados Unidos, el país numero uno en ciencia), cerca de 400 investigadores y un recorrido previsto por los buques de 42.000 millas náuticas, dirigido a obtener unas 70.000 muestras de aire, agua y plancton, define la envergadura de esta máquina de hacer ciencia con financiación pública y gestión española. Ciencia de verdad, con grandes instalaciones y equipos numerosos, la famosa «masa crítica» que la hace posible. En este sentido, resulta obvio que sin escala y ambición en estos tiempos globales no existe producción de conocimiento.»