¿Existe el altruismo? Yo siempre he pensado que no, que finalmente todo lo que hacemos, por muy aparentemente desprendido que sea, es una imposición de nuestro ego: así nos sentimos mejor. Pero Miguel Santa Olalla sabe más que yo y reflexiona sobre la cuestión.
«Con todo, no terminan ahí las críticas al altruismo. Uno de los enfoques más conocidos es sin duda el de la sociobiología. Desde este campo se interpreta el altruismo como un comportamiento escrito en nuestros genes. En contra de lo que se pudiera pensar en un primer momento, la solidaridad y el sacrificio por los demás tienen un mayor sentido evolutivo que el egoísmo: renunciando a nuestra propia existencia aumentamos las posibilidades y garantías de que la especie pueda sobrevivir en mejores condiciones. Richard Dawkins ha dado una vuelta de tuerca más a este argumento: no ayudamos a cualquiera, sino sólo a aquellos con los que más genes compartimos, con lo que la solidaridad no es tal, sino que viene codificada por los genes que serían capaces, por así decirlo, de seleccionar a aquellos individuos con los que más tenemos en común.»