Las manifestaciones del pasado domingo para protestar por los abusos del sistema acabaron en Madrid con una acampada en la Plaza del Sol; esa acampada fue desalojada ayer por la policía, de madrugada, pero parece que están surgiendo otras en distintas ciudades. Juan Luis Sánchez nos cuenta cómo se organizaban y en qué cosistía: De Internet a la calle… y allí se van a quedar (o llevar).
«tro cartel dentro de la carpa anuncia que una señora se ha ofrecido para hacerles la comida hoy a mediodía, pero que “no pueden ser demasiados” y los trabajadores de una de las cadenas de restaurantes de comida rápida que hay en la Puerta del Sol les han dado la clave numérica que abre el cuarto de baño (y que normalmente solo se proporciona a clientes) para que puedan usarlo.
Pero ojo, esto no es una acampada de convivencia ni un experimento de organización y solirdaridad. O no solo. Es sobre todo un acto político y como tal se expresa en los huecos que permite la logística. Esta noche empezarán a dotarse de contenido propio los grupos encargados de temas políticos (cuestiones de género, de discriminación por orientación sexual, económicos, de vivienda, de cultura libre, etc.). Ahí se espera, como corresponde, algo más de tensión y fricciones, pero “somos conscientes desde el principio que esto es algo muy plural, que hay gente que viene de movimientos políticos de larga tradición y gente que no”.»