Vittorio Arrigoni, el partisano de Gaza es una elegía de Ángela Iglesias al activista italiano asesinado en la Franja hace unos días.
«Vittorio, Vik, Victor, era parte de la franja palestina. Allí había vivido desde que llegó en agosto de 2008 con algunas interrupciones, una impuesta por la deportación forzada israelí y otra por la necesidad de tomar aire tras vivir día y noche los bombardeos de la operación militar Plomo Fundido a bordo de una ambulancia. En pocos días pensaba tomarse la próxima pausa para visitar a su padre enfermo, después de que la nueva escalada de violencia retrasara esa salida.
No podrá, porque fue secuestrado cuando el jueves caminaba, como cada noche, hacia su restaurante favorito. Porque unas manos le estrangularon horas después, mucho antes de que acabara el plazo impuesto por un supuesto grupo salafista radical para lograr la liberación de prisioneros afines.
“Unadikum, unadikum” volvió a entonarse entre las velas del acto que cerró el primer día de duelo, jornada triste para todos, pero sobre todo para los palestinos, que pierden un amigo y ven que se aleja aún más la posibilidad de una vida sin ataques, sin cercos, sin guerras externas e internas.»