Mónica G. Prieto escribe un interesantísimo texto sobre la difícil sexualidad femenina en los países árabes, cuyos habitantes tienden a usar el inglés para referirse al sexo. Buscando la palabra ’sexo’ en árabe.
«Crímenes de honor, matrimonios concertados en su mayoría carentes de sentimientos, leyes de familia que sólo benefician a los hombres… Los problemas de las uniones árabes son conocidos, pero mucho se ignora del sexo prematrimonial, pecaminoso e ilegal pero sin embargo practicado. ¿Qué se hace con toda la energía sexual de la juventud, a la que se le niega la posibilidad de satisfacer sus necesidades hasta el matrimonio? Hay dos caminos: practicar sexo clandestino con los riesgos que eso conlleva los móviles conectados vía Bluetooth se han convertido en el recurso favorito de la juventud árabe para ligar al abrigo de las miradas indiscretas y de la policía religiosa o refugiarse en las fórmulas ofrecidas por los religiosos, uniones de placer que nada tienen que ver con la concepción, la intimidad o el amor. Sólo con el deseo de ellos, ya que ellas apenas gozan de derechos en estas uniones, de las que muchas ignoran incluso su duración.»