Qué estupendo artículo de Germán Machado sobre Antón Chéjov como antecedente de los textos ultracortos de Twitter, que es más, claro, un elogio del autor ruso y de la red social de 140 caracteres: Chéjov, precursor de Twitter.
«En alguna de sus cartas, el escritor ruso revela que nadie quería reconocer su trabajo como propio de un nuevo género literario: tuvo dificultades para ello, y batalló hasta lograrlo. Eso le llevó unos 5 o 6 años, pues en 1886 Chéjov ya tenía su fama y había escrito más de 300 cuentos. Twitter fue creado a inicios de 2006. En cinco años, el microblogging se impuso, no sin dificultades (algunas aún persisten: hay gente que todavía no entiende de qué va eso de tuitear), y hoy día se estima que esta red tiene cerca de doscientos millones de usuarios en el mundo, cifra que se vuelve obsoleta día a día: la batalla para imponer el microblogging no fue menor, como tampoco lo fue la de Chéjov por imponer su estilo narrativo, aún vigente.
Puede pensarse que la genialidad de lo breve que conquistó Chéjov se debía a la búsqueda de una virtud literaria, a un plan preconcebido orientado al desarrollo de una nueva literatura.»