Sobre lo que parece una estupenda edición del epistolario entre Borges y Alfonso Reyes: Reyes y Borges en sus cartas, de Evodio Escalant. [Re.: Apostillas literarias]
«Se trata, en efecto, de un epistolario, en sí mismo de enorme interés, pero al que el filólogo ha agregado reseñas, documentos y cuanta información ha creído que abonaba el contexto de la amistad entre los dos eminentes escritores. Cuando algunos pretenden hoy convencernos que la fama de Reyes es injustificada, cae bien repasar los diversos elogios que Borges hiciera de quien él estimaba que era el mejor de los prosistas en la historia de nuestra lengua. A propósito de Reloj de sol, por ejemplo, un libro que Reyes había publicado en España en 1926, el joven Borges anota con entusiasmo: “Reyes ha reformado la anécdota. Su prudente revolución corresponde a la solicitada por Ben Johnson para el epigrama. En vez de sujetar la entera composición a la última línea, al desenlace armado, al rasgo (de antemano) asombroso, Reyes quiere que el agrado de su anécdota sea perpetuo.” A lo que añade: “Nunca procedieron así los anecdotistas.”»