A Enrique Ballester le pasa lo que a mí: que está cansado y hastíado de leer y escuchar quejas a los árbitros en el fútbol, de balones fuera, de la culpa fue de los otros. Requiem.
«usto tras el empate de última hora del Sporting en El Madrigal, escuché por la radio la rueda de prensa del entrenador local. Juan Carlos Garrido inició su discurso con la clara intención de no excusarse en la labor del colegiado, que se equivocó al pitar un penalti inexistente en el tiempo de prolongación. Garrido trató de subrayar sus pecados, de analizar errores para corregirlos, y de reforzar su autoridad a base de responsable autocrítica. Sin embargo, alguien había en la sala de prensa que no estaba por la labor, y cuestionó una y otra vez al técnico del Villarreal sobre la jugada polémica del partido. Le recordó incluso que el colegiado, que ya ni me acuerdo quien era, le había pitado también un penalti a los amarillos, la campaña anterior en Copa, también en el último minuto, y también con la vista desajustada. »