Hubo bajamar en las costas del sur, un fenómeno que los que lo hemos vivido siempre hemos considerado poco menos que magia. Rafael Marín habla de ello. Marea vacía, marea llena.
«Que traducido resulta: marea baja, marea alta. Se habrán dado ustedes, como todos, el madrugón para ver nuestro litoral convertido en otra cosa, piedras mayormente que cubrían las aguas, y luego habrán tenido que echar a correr no fuera a ser que les pillara la pleamar y les arruinara las zapatillas de deporte. Como en aquel bello musical, Brigadoon, donde cada cien años aparecía un pueblecito típico en las montañas de Escocia, ahora nos enteramos de que cada diez años o así las mareas se retiran, nos enseñan un ratito lo que ocultan bajo las faldas, y luego nos lo vuelven a cubrir todo, amenazando quizá con arrollarnos a su paso. »