Marina Oybin escribe sobre el artista y su proyecto ee ciudad hidroespacial, una obra entre la la ciencia ficción, la poesía y la utopía: Más que una utopía.
Ya en 1944 comenzó a amasar su sueño espacial, cuando escribió: “El hombre no ha de terminar en la Tierra”. Y a partir de ahí, el fundador de la revista Arturo, el autor del Manifiesto Madí y precursor del arte cinético y lumínico, comenzó a crear sus inolvidables, deslumbrantes, esculturas hidráulicas. Mágicas, sus obras condensan luz, agua, espacio y movimiento. Como aquella bella “Fuente hidroespacial”, vendida en la última edición de arteBA en 100.000 dólares.
Su ciudad hidroespacial es un peso pesado. Fue la única obra argentina incluida en la exposición El Norte mira al Sur , realizada en julio de 2009 en el Museo de Bellas Artes de Houston, institución que compró gran parte de las maquetas, fotomontajes, dibujos y paneles que integran el proyecto. Sin duda, es una verdadera lástima que ningún museo local haya puesto los ojos en esta obra.