Conmovedora la historia que cuenta Sr. Ausente sobre un conocido suyo del barrio, heroinómano, a quien le proporcionaba droga en forma de ciencia ficción y fantasía. Hoy: U.F.O. en vena.
«Me gané su respeto el día que, al llegar a casa, la Paulina me hizo pasar dentro de la portería. Resulta que su hijo tiene hepatitis y la convalecencia durará unos meses. Me pide lectura. Algunos tebeos. Así que pillo mi colección de El Víbora y se la dejo. Semanas más tarde los devuelve y me pide más. Agarro La espada salvaje de Conan. Como ven, soy intuitivo con los gustos ajenos. Y el Guillermo me agradeció aquel surtido toda la vida.
-¿Qué pasha, Guillermo? ¿Ya estás bien?
-Sí, y no veas con el Conan y El Niñato.»