No me interesa demasiado el baloncesto y desde luego no soy seguidor del Real Madrid, pero me ha gustado mucho este texto serio, meditado y profundo de Juanma Rubio sobre la situación del club blanco tras la dimisión de su técnico, Ettore Messina. Un ejemplo de lo que debe ser periodismo deportivo de análisis. Arrivederci, Ettore.
«Es difícil imaginar las razones de Messina para hacer ahora lo que no hizo en verano. Sabíamos que Felipe Reyes no era un ‘4’ de su estilo, que Sergio Rodríguez no dirige al ritmo que le gusta y que no tiene killers de primera categoría. Sabemos que no ha habido dinero para Siskauskas antes o Alan Anderson ahora y que Messina aceptó (¿a regañadientes?) un cambio de filosofía. Basta contrastar sus plantillas en Italia y Rusia con sus plantillas en Madrid. ¿Cuánto ha aceptado convencido y cuánto ha tragado con desgana? No lo sabemos pero sí sabemos que ha infrautilizado jugadores, que ha desquiciado a proyectos de estrella como Velickovic y que no ha pulido los defectos ni explotado a fondo las virtudes de fichajes caros y prometedores como Tomic. En esencia no ha sabido qué hacer con Llull ni cómo gestionar (durante demasiado tiempo) el rol de Garbajosa. Se ha encontrado a Carlos Suárez y sobre todo se le ha aparecido Mirotic, pero el equipo demasiadas veces ha dado la sensación de jugar a destiempo bajo sus órdenes, sin capacidad de resolución, ideas ni fuelle en los momentos definitivos, los momentos de clubes, aunque cada vez sea menos así, como el Real Madrid. Ha optado a seis títulos y deja al equipo en opción de otros dos. Pero no ha ganado ninguno y los ha competido de milagro, siempre arrasado por un Barcelona superior hasta el escándalo. No sabemos si quedaban conejos en la chistera de Messina, si esperaban en el futuro partidos clave con, por fin, ocho o nueve jugadores en capacidad de responder,con las piezas dando de una vez sentido a un puzzle hasta ahora confuso hasta el hastío. Ni lo sabemos ni lo sabremos.»