Jesús Miguel Marcos escribe este estupendo texto sobre Darkness on the edge of town, disco de 1978 de Bruce Springsteen y uno de los pilares básicos de toda su carrera. Springsteen, bailando en la oscuridad.
«Situado entre el épico ‘Born to Run’, considerado generalmente como su obra cumbre, y el expansivo ‘The River’ y su irrepetible colección de canciones, ‘Darkness…’ no se ha confundido con un disco menor, pero sí ha convivido a la sombra de los anteriores.
No le ayudaba a situarse a su altura ni su producción seca, sorda y arisca, todo lo contrario que el ampuloso (e incluso un tanto engordado, visto con el tiempo) sonido de ‘Born to Run’, ni la efervescente y luminosa plasmación de la mayor parte de ‘The River’, un álbum de liberación tras el túnel de ‘Darkness…’.
Pero a veces en el túnel, palpando a tientas y con temor la oscuridad, es donde uno se encuentra con los sentimientos y las sensaciones más reales. Y teniendo en cuenta que la carrera de Springsteen no ha sido otra cosa que la persecución de sí mismo a través de sus canciones, en ‘Darkness…’ es donde aparece, por primera vez, el Springsteen más real, el más sincero, el más honesto y el más adulto (y adulto no como término peyorativo, sino como el instante en que alguien reconoce que hasta ese momento no hacía otra cosa que mirar a los pájaros revoloteando alrededor de su cabeza y decide sacar la escopeta para empezar a matarlos).»