En el siglo XIX hubo inventores que soñaron con la fabricación de Hombres de vapor en aprovechamiento de la tecnología que revolucionaba los transportes y las fábricas. Lo cuenta Alejandro Polanco Masa.
«Como si se tratara de émulos del legendario hombre de palo que ideó Juanelo Turriano en el siglo XVI, fueron varios los inventores que desearon llevar a la vida a golems de hierro y vapor. Sólo unos pocos pasaron del deseo a la acción, aunque sus androides a vapor nunca llegaron a ser algo más que atracciones de feria con cierto toque siniestro. Por ejemplo, en 1893 un tal George Moore ideó un hombre de vapor que excitó la imaginación de quienes contemplaron el prototipo de lo que iba a ser todo un ejército de sirvientes capaces de liberar a la humanidad de los trabajos pesados o repetitivos… ¡y eso que la era de las cadenas de montaje ni siquiera había comenzado su reinado! El diario La Iberia, en su edición correspondiente al sábado 24 de junio de 1893 expresaba su asombro sobre el hombre de metal y vapor.»