Mañana viernes se celebran elecciones en Irlanda y Íñigo Sáenz de Ugarte comenta qué es lo que se espera que pase, pocos cambios reales tras la crisis que hundió al país hace unos meses: Irlanda vota por lo mismo pero distinto.
«Durante un tiempo, se pensó que los laboristas, que podrían sacar en torno al 20%, estarían cerca de disputar la victoria al Fine Gael. Ahora su gran meta es impedir que Kenny obtenga la mayoría absoluta y en convertirse el socio imprescindible del Gobierno. No es que su programa sea muy diferente. Reclaman que el objetivo de bajar el déficit al 3% en 2014, como ha impuesto la UE, se retrase dos años. La realidad es que quizá sea imposible en ambas fechas. La previsión de crecimiento de 2011 ha caído a un modesto 1%, según el banco central, cuando hace sólo seis meses se preveía un 2,4%.
Existe una alternativa de izquierda más clara que la de los laboristas en el Sinn Fein, que ha enviado como candidato a Gerry Adams a Dublín. Los sondeos le dan en torno al 11% y la opción de pasar de cinco a 13 escaños. Es un gran salto, pero tiene que superar muchas décadas de desconfianza irlandesa frente a la política sectaria y sangrienta del Ulster.»