Jorge Carrión escribió Australia hace un par de años, y ahora nos deja en su blog un hermoso epílogo, continuación o “postfacio”, como lo llaman en los comentarios. Australia
«Vine porque quería escribir un buen libro y los buenos libros muchas veces están en la memoria. Yo había escrito durante años una novela corta, una historia en forma de poemario en la que me había forzado a hablar del presente. En cuanto la publiqué me di cuenta de que era un paso en falso, quizá por eso durante los siete años siguientes no escribí una línea de ficción. Los pasos falsos: un buen título. Ahora me doy cuenta de que en Ene hablé de mi primera migración: de Mataró a Barcelona, del barrio al aeropuerto; pero entonces no lo sabía o lo sabía pero no me importaba, porque en mi familia sí existía una gran historia de migraciones, una historia que aguardaba a ser contada desde que en mi infancia los sellos que procedían de aquí eran particularmente valiosos para mi colección sin valor. Pasé más de un año de biblioteca en biblioteca, recabando datos sobre la expedición de Malaspina y el capitán Cook, sobre los benedictinos que se fueron a la otra punta del mundo para fundar un monasterio y una misión, sobre la Operación Canguro, sobre extinta la industria de la caña de azúcar cortada a mano –a machete. Después, me subí a un avión, hice escala en Buenos Aires y aterricé en Sidney, con seis mil kilómetros y dos costas en el horizonte incierto que es todo viaje.»