Vicente Verdú nos cuenta algunos tipos de perdón de los muchos que existen y que damos y recibimos a diario. Perdonar.
«Perdonar
Hay, al menos, dos clases de circunstancias en las que puede ejercerse el perdón. La primera es aquélla que tiene lugar cuando el ofendido recibe una completa y hasta satisfactoria explicación de quien cometió la ofensa, voluntariamente o no.
La otra circunstancia, más ardua, es la que remite al caso en que el ofendido no recibe justificación alguna y el mal comportamiento del otro permanece latente, invariado, hiriente, sin siquiera una pista o un fragmento de donde obtener las explicaciones para la curación.
Esta segunda oportunidad de perdón es acaso frecuente pero por ello menos doliente. Uno mismo debe carbonizarse en aras del otro que no proporciona luz sobre el suceso dañino. Uno mismo debe carbonizarse y carbonizar el agravio para lograr un absoluto borrón y cuenta nueva. Un blanco del negro, un silencio en la humillación oral.»