Sumamente interesante la reflexión que hace Adrián Hiebra sobre la economía de las profesiones artístico-culturales, y la compleja solución a demandas dispares y muchas veces contradictorias, entre la subvención, el sueldo y la miseria: La creación como acto de resistencia. [Ref.: @pjprge]
«En mi opinión hay una contradicción recurrente en ciertas posturas acerca del trabajo artístico. Creo que es una prolongación de lo que en su momento tildé de “complejos” del sector: los artistas, como las galerías, aspiran equiparar el reconocimiento de su trabajo al de cualquier otro segmento profesional; luchan contra la supuesta convicción de que la producción intelectual no debe ser remunerada. Una ambición muy lícita, al menos mientras no entra en conflicto con otra extendida demanda: el arte es cultura y su industria debe beneficiarse de ayudas, subvenciones y políticas económicas permisivas. Esto implica, en otras palabras, pretender entrar en el juego de la oferta y la demanda… a medias y según conveniencia. Porque si el Estado debe garantizar una remuneración “digna” para los artistas, ¿ha de hacerlo también con los filólogos, historiadores, filósofos y antropólogos? Más aun, ¿quién decidirá qué artistas deben ser auspiciados desde los poderes públicos y cuáles no? Y sobre todo, ¿qué acreditará tu condición de artista? ¿un colegio profesional? ¿un carné de afiliado a un determinado organismo?»
2011-02-19 13:30
Ya había leido el artículo y justo ayer vi un documental ARCO cumple 30 años que hacía un repaso “histórico” a la feria. Asistí a esa primera edición donde exponían dos buenos amigos (uno ya fallecido). Cuento esto porque el documental me hizo darme cuenta que hace treinta años entre los artistas españoles no existía una idea clara que era eso del Mercado del Arte hasta que las galerías de arte decidieron unirse en un feria del nivel que alcanzó ARCO años despues.
Uno se “hacía” artista, especialpente plástico, teniendo muy claro que le esperaba una vida de pobreza perpetua y dificultades. Es por eso que me llama la atención esta afirmación:
La pregunta no es, por tanto, cómo conciliar arte y mercado, sino cuál es el papel del arte
Hace treinta años, al menos, cada artista tenía su propia respuesta. Ahora, gracias al Mercado, los nuevos artistas (y no tan nuevos) han ido unificando su discurso y estableciendo una especie de idea “utilitarista” del arte. Yo creo, como hace 30 años, que el Arte no sirve absolutamente para nada (salvo a cada artista) y es esa, precisamente, su grandeza.