Irónico y divertido Decálogo del presentador de libros ajenos a cargo de Antonio Ortuño, perfecto para esas presentaciones de provincias (no geográficamente hablando, sino editorialmente). [Ref.: MoraVicenteLuis]
«3. Al tomar el micrófono es menester titubear y entrar en pánico. El pánico se controla carraspeando al micrófono y diciendo la sílaba “eh”.
4. No debe haberse leído más que superficialmente el libro que se presentará. Leer los libros que se presentan es una inelegancia.
5. Si el libraco en cuestión es una novela, hay que repetir, mutatis mutandis, las sabias consideraciones de la contraportada sobre la trama. Un giro estupendo: declarar que no se comentará el final de la novela para no arruinárselo al lector.»