Es significativo que una de las primeras medidas que últimamente toma toda dictadura cuando hay una revuelta popular sea cortar Internet. Walter Isaacson habla de ese miedo a la libre información. Twitter: terror de los autócratas.
«La tecnología digital está teniendo una influencia en nuestra política sin igual desde que Gutenberg contribuyera, con su prensa de imprimir, al inicio de la Reforma protestante en Europa. Estamos ante una revolución que lleva 20 años fraguándose. En 1989, yo estaba en Europa del Este, informando sobre la desintegración del imperio soviético para Time. Cuando llegué a Bratislava, me pusieron en un hotel en el que se alojaban los extranjeros y que era uno de los pocos lugares con televisión por satélite. Una de las camareras me preguntó si no me importaba prestar mi habitación por las tardes para que la usaran chicos que, al salir del instituto, iban a ver MTV y los demás canales de vídeos musicales. Dije que por supuesto, y decidí volver pronto para conocer a los estudiantes. Sin embargo, cuando llegué, no estaban viendo MTV. Estaban viendo los informativos internacionales que mostraban los disturbios en los astilleros de Gdansk, en Polonia.
Vi algo semejante 10 años después en Kashgar, una ciudad oasis en el oeste de China. Al fondo de un pequeño café en una calle sin asfaltar, había tres jóvenes sentados ante un ordenador. Les pregunté qué hacían. Estaban en internet, dijeron. Teclee varias páginas de noticias. Estaban bloqueadas. Uno de los chicos me apartó con el codo y escribió algo que no pude ver. Las páginas de noticias aparecieron. Le pregunté cómo lo había hecho. Oh, respondió, sabemos cómo pasar a través de servidores proxy de los que los censores no tienen ni idea. »