Breve y bonito este recordatorio por parte de Antón Uriarte de la figura de Lavoisier, uno de los grandes químicos de la historia, ejecutado por los jacobinos. Lavoisier.
«Dicen que el juez, un señorito parisino de apellido Coffinhac, no atendió la petición de gracia que le hicieron y dijo algo así como “La Revolución no necesita sabios, que la justicia siga su curso”. Lavoisier tenía 50 años y, aparte de los impuestos, había dedicado su vida a la investigación en diversos campos, pero sobre todo en química. En 1789, año de la toma de la Bastilla y comienzo de la Revolución —que Lavoisier, con sus más y sus menos, apoyó—, publicó un Tratado de química elemental que sentó las bases de la química moderna.»