Lo que está sucediendo en Túnez y sobre todo en Egipto pone en alerta a los países con intereses en la zona e inquieta a la comunidad internacional por el cambio de fuerzas, apoyos e influencias, con el miedo a un triunfo del islamismo radical de fondo. El final de la dictadura egipcia atemoriza a Israel, de Mónica G. Prieto.
«Egipto se había consagrado como un baluarte imprescindible en medio de un entorno hostil. De ahí que Israel tenga mucho por perder en esta primavera árabe que tanto entusiasma a medio mundo. “De pronto, Israel se ve en la posición más peligrosa que ha tenido desde 1948 [fecha de la creación de su Estado]”, explica a Periodismo Humano Nicholas Noe, director del servicio de traducciones árabes Mideastwire y autor del libro La voz de Hizbulá. “A su alrededor están floreciendo una serie de actores no oficiales, de movimientos y de situaciones opuestas a la política de Israel e incluso a su mera existencia. La consecuencia de lo que ocurre en Egipto es que Israel será menos segura y menos estable”.
Para minimizar este riesgo, el pasado fin de semana Tel Aviv movió cartas rápidamente aunque de forma desesperada. Según el diario Haaretz, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí pidió el pasado sábado a sus embajadores en EEUU, Canadá, China, Rusia y varios países europeos que presionen a las autoridades de sus respectivos países resaltando la importancia que tiene para Israel mantener al régimen autocrático de Mubarak aunque pese a sus 80 millones de habitantes.»