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El problema del humor en 140 caracteres

Nacho Vigalondo tiene muchísimos seguidores en Twitter. Hace un par de días hizo un chiste parodiando a un cierto tipo de iluminados y la respuesta de algunos de sus seguidores fue, por decirlo suavemente, ridícula. John Tones habla de ello en El problema del humor en 140 caracteres.

«Cuando Vigalondo dice que aquel tuit fue «un detecta-gilipollas», tenía razón en algo independientemente de en si sirvió para detectar a seguidores de su Twitter con mayor o menor sentido del humor. También sirvió para detectar a aquellos con deficiencias en la comprensión lectora y con incapacidad para detectar lo implícito en un texto extremadamente breve, que como saben es un test de inteligencia infalible. En el tiempo que llevamos usando Twitter, no es de extrañar que Vigalondo, popularidad aparte, se haya convertido en uno de sus usuarios con más followers: la precisión de cada uno de sus 140 caracteres es total, ya que cada uno de ellos, como sabrá quien alguna vez ha querido expresar una idea compleja en este medio, vale su peso en oro. Igualado en ese sentido solo, quizás, por el gigante Mr. Winters y sus lecciones de misantropía en letales pedos de dos minilíneas, los mensajes de Nacho Vigalondo están meditados hasta su punto final, y por eso las acusaciones de «un desliz» o «un efecto de la borrachera» son ridículos: desde los signos de exclamación hasta la referencia a los cuatro vinos (que no por cierta está menos calculada), pasando por el arranque con la palabra «Ahora» o el empleo del futuro simple, dejan bien claro que no solo el polémico tuiter era algo bastante más atinado que un simple desliz, sino que además era humor de primera. Contundente, salvaje y faltón, del que hace falta, del que nos pone en evidencia cuando nos reímos de los americanos por ser tan remilgados por no saber encajar los bromazos de Ricky Gervais, sin darnos cuenta de que aquí estamos igual de susceptibles. O peor: allí tienen su rasero de rancia moral judeocristiana con se que se mide todo, aquí tenemos el mucho más peligroso «hay límites para el humor», siendo «el límite» una cosa dúctil y mucho más difusa que el comportamiento de Nacho Vigalondo ebrio.»

Alberto Haj-Saleh | 01/02/2011 | Artículos | Internet

Comentarios

  1. Cayetano
    2011-02-01 14:13

    La polémica no sería tal si Nacho Vigalondo no fuera tan popular. En el tiempo que he utilizado Facebook y Twitter he descubierto (aunque lo conocía de mucho antes) a un verdadero maestro en esto de provocar utilizando frases cortas: Camilo de Ory sus frases son tronchantes, irreverentes e ingeniosas. Sin embargo no se ha montado, hasta donde yo se, ninguna polémica de este calibre en la prensa nacional. Ser popular tiene estos inconvenientes.

  2. Cayetano
    2011-02-01 14:33

    Esto va en un aparte. En general, los humoristas y otra gente de “mal vivir”, no llevan muy bien que la tomen con ellos o su trabajo. Además hacer parodias o chistes sobre “terroristas” y determinados individuos puede traer consecuencias no deseadas, pinchar o provocar a los locos, a los fanáticos tiene estas cosas.

    Un tema recurrente en mis conversaciones sobre programas de humor: Los mulsulmanes, los autistas, la gente con síndrome de Down, los humoristas dan mucho juego, tanto o más que los judíos o los cristianos. ¿Dónde están los límites?

  3. Camilo
    2011-02-01 19:03

    Coño, a mí tampoco me pagan lo que a Vigalondo. Cambio sus ventajas y sus inconvenientes por mis ventajas y mis inconvenientes. Es más, hoy por hoy, me vendría de perlas que se me ofendiera alguien poderoso, más allá de las cuatro vedettes locales, que ya no me hacen ni caso. A Hernán Migoya, por ejemplo, la bronca por el título de su primer libro seguro que le jodió, pero lo puso en el mapa.

    Con Vigalondo, por cierto, coincidí con cuatro o cinco vinos de los de verdad encima (cada uno) y casi nos damos de hostias. Al final la cosa acabó bien, creo, porque casi no me acuerdo de nada. Como acto de desagravio (por la parte que me toca) diré que igual el problema no es que haya bebido él para escribir su tweet, sino que las madres de los que no lo entienden hayan bebido durante el embarazo.


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