Escribe John Tones sobre el hecho de que los videojuegos apelan constantemente a su realidad como tales, es decir, siempre están recordándonos que no son más que juegos. Entendiendo los juegos desde dentro.

«Los videojuegos son una forma narrativa extremadamente consciente de su lenguaje, y gustan de enfrentar al jugador con esa consciencia. Detalles tan asimilados en los juegos actuales por el jugador medio como el control de la cámara o del tempo del juego pasan desapercibidos a menudo, pero deberían de ser cuestiones primordiales sobre las que el jugador debería reflexionar cada vez que agarra el pad. La autoconsciencia de los videojuegos se queda demasiado a menudo en simpáticos emperimentos como los de Eat Lead: The Return of Matt Hazard, el único juego de la historia que usó la autoconsciencia para justificar su mediocridad, pero el jugador debería saber que cada vez que atraviesa el tutorial de un juego cualquiera está en la misma posición que si cuando abriera una novela, fuera Diez negritos o fuera El club de la lucha, el primer párrafo dijera «las líneas se leen, en el idioma español, de izquierda y de derecha a abajo», o como si la letra de la primera canción de cualquier disco, fuera de Electric Six o fuera de Nena Daconte, dijera: «Son diez canciones / que se suceden / sucesivamente / y forman un álbum / lógicamente“.»