Joana Bonet nos habla de un nuevo tipo de esnobismo, alejado del concepto de snob del siglo diecinueve, que tiene nuevos referentes literarios y nuevos modos de comportarse. El clan snob.
«Mientras el esnobismo como sustantivo es menospreciado y a menudo ridiculizado en el discurso general, en pequeñas dosis continúa siendo muy celebrado en los cócteles. «Es un poco esnob, pero divertido», he escuchado decir tantas veces como «es un esnob inaguantable». Aunque es cierto que sólo se soporta cuando se mezcla con otras gracias, no hay que olvidar que se trata de un término dinámico, cambiante e infestado de prejuicios (quienes aplaudían el Impresionismo a finales del XIX, por ejemplo, eran considerados unos esnobs). Hoy, el esnobismo a la manera de Proust, Henry James o el grupo de Bloomsbury es pura reliquia. Pero el nuevo esnobismo, aunque se calle, resulta una forma bien persistente de estar en el mundo y hacerse notar. A pesar de que apenas perviven cuatro bellos dinosaurios que se empeñan en paladear sus criterios elitistas, al otro lado del mapa, encantada de conocerse, se exhibe la generación «yo» que con su egosurfing y sus pop-ups agita ingenio y cinismo en la misma coctelera para ser alguien en la vida.»
2011-01-23 14:22
Hay, me temo, demasiados aspirantes a snob sin condiciones para ello que impiden brillar con luz propia a los verdaderos (y escasos) snobs de raza, y hacen ineludible la siempre tediosa e ingrata tarea de separar el grano de la paja. Ésa es la triste realidad.
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