Sobre la intensificación de fenómenos meteorológicos habituales y sus consecuencias socio-económicas: El Niño y La Niña crecen y perturban, de Stephen Leahy.
«Aunque hay pruebas de que las inundaciones y las sequías han empeorado, la ciencia aún no cuenta con pruebas claras de que el cambio climático haya afectado el ritmo del ENOS, por ejemplo acortando el ciclo, como ocurre ahora, dijo. “Pero podría estar afectándolo”, especuló. Las emisiones contaminantes de las actividades humanas actúan como una doble frazada sobre la atmósfera, atrapando más calor que el que naturalmente ésta retiene. Casi todo ese calor extra es absorbido por los océanos. Éstos se vienen calentando desde los años 70, y es probable que eso también influya en el ENOS, observó Julia Cole, científica climática del Instituto del Ambiente de la Universidad de Arizona.
El ENOS siempre tuvo una variabilidad enorme, y sus fuerzas motrices aún no se conocen del todo, lo que vuelve muy difícil determinar cómo lo afecta el cambio climático o pronosticar futuras modificaciones del ciclo, dijo Cole a Tierramérica en una entrevista por correo electrónico. Sin embargo, las últimas investigaciones sugieren que en el futuro “podríamos incluso tener varios nuevos ‘sabores’ del ENOS”, agregó. Las inundaciones causadas por La Niña en Australia no tienen precedentes.»