Reflexión pesimista sobre el creciente adormecimiento de la población y el aprovechamiento que de ello hacen los poderes fácticos: Matrix, Bichos, Un mundo feliz y cómo aprovechar una crisis, de Ramón Castro.
«El capital y sus guardianes han levantado una verdadera matrix en la que prefieres comer un bistec a una ración de rancho y, por paralelismo, ir a trabajar sin “tantos” derechos a perder un día de sueldo renunciando a no ser tonto sábados y domingos. Con la promesa de una vida mejor ahora toca sacrificio, trabajar más, cobrar menos, jubilarse después, pagar más tributos indirectos, estar en la fila, aguantar las tortas, tomar menos café para encender la luz y renunciar a la cultura en aras de la cultura. Toca también, o tocará pronto, engañarse con la alternativa, menos desgastada y más de acuerdo con seguir en las filas del sistema. Y toca callar, o hablar sin ser importante, sin configurar un medio en el que verter las vergüenzas del mundo ya que, de lo contrario, la vergüenza habrá sido publicar cables y no escrutar su contenido.»