Dominique Moisi dibuja el panorama de las varias fragmentaciones de países, sobre todo africanos pero también europeos, que se van a producir o podrían producirse en los próximos años, al tiempo que las ansias imperialistas renacen para repartirse influencias. Nacionalismo de la nueva ola.
«Esa tendencia hacia una fragmentación de las identidades no es sólo un fenómeno africano. Mucho más cerca de donde escribo, en Europa, afecta a Bélgica, país que parece resignado a vivir con una absoluta parálisis política como precio de su supervivencia, pero la entropía en Bélgica ha enviado temblores a España, en Cataluña, donde las elecciones al Parlamento regional celebradas en el pasado mes de noviembre desalojaron del poder a la alianza de izquierdas que lo había ocupado durante los siete últimos años a favor de una coalición soberanista.
La crisis económica afecta a todas las regiones de España, pero, como los partidarios de la Liga Norte en Italia, un número importante de catalanes están empezando a oponer su supuestamente serio y laborioso carácter y su relativo éxito a la “pereza de los españoles”. ¿Por qué habrían de trabajar para “ellos”? Y, naturalmente, un gran número de alemanes hablan del resto de Europa como los catalanes de los españoles.»