No hay análisis, apenas, sino presentación de hechos, lo cuál no es poco habida cuenta de la soberbia broma que se relata, un experimento que en su modestia desnuda el comportamiento de los usuarios de la red: La broma de la regenta. Una cabronada literaria para ignorantes., de Quintopino. [Ref.: @aberron]
«El daño no era mucho porque no se trata de meterle a alguien dos gigas, sino un mega como mucho, así que sin más escribió una reseña de “La Caída de los gigantes” de Ken Follet, y ofreció descargarse gratuitamente la novela desde su web, a riesgo de que lo emplumasen los de la ley Sinde.
La gracia del asunto está en que la novela que te descargas cuando le das al enlace no es la de Ken Follet, sino la Regenta, de Leopoldo Alas “Clarín”, que es también un libro gordote, muy gordote, y con un montón de historias cruzadas. Si además le has cambiado el título, la portada, y hasta las cabeceras del documento, puede colar. Puede colar para el que no se haya leído la Regenta y no sospeche que “Vetusta” no es uan ciudad yanky, claro. O sea, que puede colar para un zoquete integral…»