Hay un dato del último informe PISA sorprendente: las mejores notas son para países, culturas y sistemas educativos tan dispares como Finlandia, Corea del Sur y la ciudad china de Shanghai. Joselu reflexiona sobre ello, y recuerda el experimento en el que un profesor dejaba a sus alumnos con un caramelo y les invitaba a comérselo en su ausencia, o a esperar y recibir otro como premio. El caramelo.
«El nivel de competitivad es altísimo así como el nivel de disciplina y respeto por la autoridad de los profesores. Tengamos en cuenta que la educación primaria es gratis, pero la secundaria no, lo que implica que las familias tengan que pagar elevadas cantidades por la educación de los hijos, un promedio de 522 € mensuales en educación privada. El 98 por ciento de los surcoreanos ha promocionado la escuela secundaria.
Subrayamos que los valores sociales son muy elevados. No es Corea del Norte, pero la aceptación de la autoridad, de las normas, la sumisión al orden social y la supeditación de la individualidad al conjunto son muy altas.
Como contrapunto, señalar el alto nivel de estrés de la vida escolar que llega a derivar en un alto porcentaje de suicidios por no haber obtenido unos resultados suficientes en primaria, secundaria y bachillerato. Algunos profesores cuestionan el sistema basado en la memorización, el aprendizaje orientado a los hechos, el planteamiento autoritario de la enseñanza y falta de importancia de la creatividad.»