Genet y la escuela de los malditos, un paseo de Anna Caballé por la figura del escritor francés y el malditismo como contenedor de artistas desvalidos. [Ref.: @libreros]
«Cuanto más miserable era su modo de vida, más intensamente se desarrollaba en Genet el fulgor de la belleza del fracaso. Hasta el punto de querer rehabilitarlo como forma de arte. ¿Era el primero en hacerlo? Por supuesto que no.
Podría definirse el malditismo como aquella orientación ética y/o estética que se complace en el universo del mal como afirmación frente a una sociedad que margina al individuo y al que este, como contrapartida, no desea pertenecer. Hay muchas formas de malditismo, quizá tantas como culturas capaces de generarlo, pero algunas han quedado como peculiarmente típicas. Por ejemplo, la que a mediados del siglo XIX se gestó en torno a la exaltación del desenfreno, la vida bohemia y la genialidad ( Baudelaire, Villiers de l’Isle Adam, Rimbaud, Verlaine, Oscar Wilde, Alejandro Sawa).»