César Mallorquí recuerda con cariño al actor Leslie Nielsen, que falleció ayer y que fue la cara más reconocible de las comedias absurdas y surrealistas norteamericanas durante los años ochenta y noventa. Leslie.
«Entonces, de repente, cuando su carrera estaba tan hundida como el Poseidón, participó en Aterriza como puedas (1980) y, de la noche a la mañana, se transformó en el nuevo rey de la comedia. Puede que Aterriza como puedas no sea una gran película, pero sin duda se trata de una de los films más divertidos jamás rodados. En realidad no es más que de una sucesión muy rápida de gags, muchos de los cuales, justo es reconocerlo, son excelentes. Uno de los secretos de su gran comicidad residen en que la mayor parte de sus interpretes no son cómicos, sino actores “serios” que interpretan con gran seriedad sus delirantes papeles. Como dijo Howard Hawks, el secreto de la comedia es hacerla en serio, y esa es la principal característica de Nielsen como cómico: siempre actuaba con grave seriedad, intentando mantenerse digno en todo momento, pese a lo disparatada que fuese la situación. En el fondo, a partir de entonces Nielsen no hizo más que repetir una y otra vez el personaje del inexpresivo e inmutable doctor Rumack de Aterriza como puedas. Pero lo hacía tan bien, era tan divertido, que verle repetir una y otra vez los mismos papeles era como reencontrarse con un viejo amigo.»