Para
Antonio González, la marea negra, además de un total desastre, es un test, para el gobierno y para la oposición. “Esta marea negra es un anticipo de la gran contaminación política que se avecina, con los conflictos electorales que ya están agrietando el frágil casco de la coherencia. En este lugar de la mancha permanente que es Madrid, la marea negra provocada por el Prestige es, desde la perspectiva política, un pretexto y también un test”.
En un lugar de la Mancha… ¿Habrá que esperar a las próximas elecciones para tener el resultado?.